Hay gente que me enamora.
Gente de carne y hueso de la que sé poco y nada.
De la mayor parte desconozco su origen,
su nombre, su porte, su platillo preferido.
No sé a ciencia cierta si son hombres o mujeres.
Si viven aun, si ya murieron, donde nacieron.
No sé ninguno de esos detalles,
ni me importa saberlos.
Me invento su voz cuando los leo,
me invento su voz susurrándome desde adentro
y me enamoro,
en las primeras diez páginas de una novela;
en los tres párrafos iniciales de un cuento;
en los últimos versos de una poesía.