A veces se pierde la costumbre de explicitarlo.
A veces no es más que un formalismo.
Pero hay gestos que no se pueden dejar de agradecer.
Veces en que decir simplemente muchas gracias parece insuficiente.
Gestos mínimos o grandes gestos, sutiles, vitales. No importa cuales.
Gracias, amigos, por el abrigo.
Gracias, amigos, por las sonrisas.