A veces parece que ha llegado el momento indicado.
El ahora o nunca, la hora del todo o nada.
El instante crucial en que un gesto, un palabra,
harán realmente la diferencia.
Como si el futuro de todas las cosas, de todo el universo,
dependiese de este mismísimo instante.
Y aunque no sea cierto en absoluto,
aunque no sea más que una sensación,
el temblor que genera la incertidumbre
sacude el alma desde lo más profundo.