Mientras esperaba mi coche rumbo a Paraná escuché, después de mucho tiempo, una canción de los Redondos. El estribillo se me pegó. Desde hace ya unos días el Indio repite una y otra vez, muy dentro de mi:
«¿Puede alguien decirme ¡Me voy a comer tu dolor!?
Y repetirme ¡voy a salvarte esta noche!»
Ojalá alguna otra estrofilla pegadiza se me cruce en el camino pronto. Y desplace esta tontera a algún rincón oscuro y olvidado de mi corazón….