Hay veces en que no se puede viajar.
Son rutas difíciles, demasiado llenas de distancias,
en días en que los días son demasiado cortos
y la vida exige ser vivida dentro de lo planeado.
Esas veces, viajan solo mis palabras.
El objetivo se cumple solo a medias. Y ni siquiera.
No hay estación terminal ni de ningún tipo,
aunque el correo central de cierta forma se le parezca.
A veces, la tecnología brinda este tren expreso,
tan llenos de ceros, de unos y de misterios.
Mis palabras viajan con mas facilidad que mi persona.
Son parte de mí, pero no más que eso.
Ojalá viajaran así también los abrazos, las caricias y los besos.
AUNQUE VOS NO LO CREAS HIJA, EN ESE RARO PAIS ENTRE SUEÑO Y LA VIGILIA, SIENTO QUE SIENTO, CON TODA CLARIDAD, QUE ESOS ABRAZOS Y BESOS TAMBIÉN LLEGAN.
Me hiciste llorar Regina. Y lo que puso tu mamá también. Cuánto comprendo tus palabras. Un beso prima querida.
¡La idea no es poner a llorar a nadie! pero es bueno saber que el sentimiento no solo se transmite, sino que además se comparte. Gracias por asomarte por aqui, gracias por tus palabras. Abrazote grande, para vos, para todos.
Hay Regina, tarde tu alerta. Es la mañana fría de primavera y leo tus escritos para que lleguen a la terturlia de hoy. Bienvenida tu presencia, el viaje de tus palabras. Gracias. Aris