Si fuera tan solo de vez en cuando.
Pero no. Es todos los días. Todos.
Casi siempre a la misma hora.
Invariablemente, desde hace años.
Pasan indiferentes frente a mi ventana.
Imponentes, llamativos, deseados y deseables.
Haciendo surgir una chispa de criminalidad a su paso.
Incluso en las mentes de la más buena gente.
Misteriosos, incitantes, inalcanzables.
¿Quién no ha imaginado la felicidad de poseerlos?
¿Quién no ha soñado con la posibilidad de emboscarlos?
Ni el más santo entre los santos.
Ni el más honrado entre los mortales.
Más allá siempre de nuestro alcance.
Provocativos, provocadores, inmorales.
¿Porque no cambian, alguna vez, de recorrido
los blindados y brillantes camiones amarillos
que transportan los caudales de esta ciudad?
CADA VEZ ME ASOMBRO MAS CON TU ESTILO, ES TAN PERFECTAMENTE DESCRIPTIVO Y SUGERENTE…. ES UN PLACER LEERTE.